13.9.14

Prólogo

 

La idea de seguir viviendo no es apropiada. 

Me lo dice el sonido hueco del silencio, que repiquetea en mis oídos con violencia. Me lo dice el frío intenso que recorre mi cuerpo marchito. No puedo moverme. No sé si respiro.
Sólo sé que estoy muriendo.
Puedo percibir que estoy tumbada porque mi cuerpo pesa y me aplasta hacia abajo, tal vez porque quiere que me convierta en raíces y llegue hasta lo más profundo de la tierra. Tal vez no quiere que me vaya del todo. No aún. Mis sentidos están asolados. Siento vértigo. Me caigo, me hundo, mis pulmones se aplastan...
           
Antes de que pueda despedirme de la vida, un latido resurge de mí. Fuerte. Refulgiendo entre la oscuridad como un rayo. Reverbera por todo mi cuerpo y me da tiempo. Apenas un segundo que me sirve para abrir los ojos. Un momento, ¿quién eres tú? Entre la poca claridad que visualizo, unos ojos se dirigen a mí. Pero un latido no es suficiente y la información se pierde. Vuelvo a marcharme…

Espesas neblinas borrosas. La piel de aquel ser abrasándome como el hielo. ¿Estoy volando? Temblar. Perder el control de mis actos. Ojos cerrados. Luchar por abrirlos. Otro latido. No puedo desvanecerme con todo esto. No puedo ser nada.

Vuelvo a mirar a sus ojos, que comienzan a desdibujarse en las sombras que nos rodean. Ya estoy de nuevo en el suelo. No. Espera un momento. No te alejes. ¿Dónde vas?... ¿Quién eres?...Y yo, ¿quién soy?

Resuélveme las dudas antes de dejarme arder en este infierno de hielo.

2 comentarios:

  1. El prólogo es bastante enigmático, algo que siempre me ha gustado y llamado la atención. Tengo ganas de leer otro capítulo.

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